En ocasiones o a cierta edad, los peques de la casa se niegan a hacerse fotos y es una verdadera odisea para los papis lidiar con ellos en estos casos. Por experiencia propia, es mejor dejarles a su aire, que jueguen y sean ellos mismos... poco a poco lograremos que se relajen y conseguiremos la ansiada instantánea.
Eso mismo me pasó con Paula, que a pesar de no haber cumplido aún los 3 años, pude mantener una conversación perfectamente con ella. Le dejé que marcase los ritmos e intenté no agobiarla ya que no venía muy dispuesta, ¡obviamente estaba mejor dándose un chapuzón!
Mientras me contaba lo que le gustaban las princesas y el parque, logré lo que os muestro a continuación, una auténtica monería.
A veces, solo hay que escucharlos, ceder un poquito y después ellos pondrán de su parte.
Quiero dar las gracias a sus papás por confiar en mí y dejarme mostrar públicamente las fotografías.
Sin más, espero que os gusten.
Abrazos miles ♥